La mitología griega está repleta de bellas y fabulosas historias.
Las hay de aventuras, de guerras, de venganza, valor y también, por supuesto, de amor.
Entre éstas últimas, una de mis preferidas siempre fue la de Hero y Leandro.
Hero era una joven y hermosa sacerdotisa del templo de Afrodita, la diosa del amor, en Sestos, ciudad de Tracia (actual Turquía) ubicada a la ribera del Helesponto.
La joven vivía en una solitaria torre a orillas del mar y había consagrado su vida al culto de la Diosa.
Las hay de aventuras, de guerras, de venganza, valor y también, por supuesto, de amor.
Entre éstas últimas, una de mis preferidas siempre fue la de Hero y Leandro.
Hero era una joven y hermosa sacerdotisa del templo de Afrodita, la diosa del amor, en Sestos, ciudad de Tracia (actual Turquía) ubicada a la ribera del Helesponto.
La joven vivía en una solitaria torre a orillas del mar y había consagrado su vida al culto de la Diosa.
Al llegar la primavera, una gran multitud de gente, desde
varios puntos de la Hélade, acudía al templo a venerar a la Diosa.
Cierto día, concurrió al recinto un joven de Abidos, ciudad q se encontraba frente a las costas de Sestos, atravesando el Helesponto (actual estrecho de los Dardanelos, q separa Europa de Asia, y sólo en suelo Turco).
El joven se llamaba Leandro, y al llegarle su turno de entregar su ofrenda, q consistía en un nido de tórtolas y un vaso de incienso, al altar de Afrodita, vio a la joven sacerdotisa y quedó prendado de su belleza.
Cierto día, concurrió al recinto un joven de Abidos, ciudad q se encontraba frente a las costas de Sestos, atravesando el Helesponto (actual estrecho de los Dardanelos, q separa Europa de Asia, y sólo en suelo Turco).
El joven se llamaba Leandro, y al llegarle su turno de entregar su ofrenda, q consistía en un nido de tórtolas y un vaso de incienso, al altar de Afrodita, vio a la joven sacerdotisa y quedó prendado de su belleza.
Se enamoraron perdidamente a primera vista.
Intercambiaron promesas de amor y al manifestarle Hero, q sus padres no aceptarían q ella se casase con un extranjero, Leandro le propuso q él la visitaría cada noche atravesando a nado el Helesponto, sólo para estar con ella.
Hero debía encender un fanal desde lo alto de su torre para orientarlo al cruzar el mar en plena oscuridad.
Así, cada noche durante toda la primavera y todo el verano, Leandro cruzaba a nado los casi 3km q separaban Abidos de Sestos, guiado por la luz del fanal de Hero, sólo para poder estar junto a su amada.
-Mierda! Y Yo me creía todo un romántico, porque alguna vez me tomé 2 bondis y caminé 5 o 6 cuadras pa´ver a una Srta.
Mirá lo q hacía éste pibe!. Debía estar muy buena la Hero. Apuesto a q sí!
Yo haría lo mismo (y eso q no sé nadar), solamente por Angelina. Por las demás, hasta 30 cuadras a gamba llego, más no creo.
Pero bueno…Volvamos a la historia q nos ¨compete¨…
Ahhh!!!…Ahora sé porque cruzaba el Leandro todas las noches el charco…Venía completa la cosa!...Leandrito Picarón!!! Jeje ehh…bue...
Continuamos…
Una vez terminada la temporada estival (El Verano…zapallones!) Hero le recomendó a Leandro q desistiera de visitarla, ya q se avecinaba el invierno y las aguas del Helesponto en esa época se tornan muy embravecidas y sería mucho riesgo atravesarlas.
Leandro no quiso escucharla al principio, pero al insistirle Hero, terminó aceptando. Pollerudo!
Sólo cuando ella encendiera su fanal él podría visitarla.
Los días pasaron y los amantes no habían vuelto a encontrarse. La desesperación se hizo presente en Leandro...Se ve q Hero, hacía bien su trabajo.
Todas las noches Leandro se acercaba a la costa y observaba hacia la ciudad de Sestos, intentando ver la luz guía de su amada.
Una tormentosa noche de invierno, divisó la luz q provenía desde la torre de su amada (las malas lenguas dicen q Hero, se había levantado pa´ir al biorsi nada más).
Leandro creyó ver la señal de su amor, q requería su visita y no lo dudó y se lanzó al mar, aunque éste estaba revoltoso y agitado como nunca.
El viento hacía casi imposible el avance del joven.
Luchó y luchó con cada brazada, hasta casi desfallecer.
Cuando se hallaba próximo a la torre, la cual ya podía divisar, una fuerte ráfaga de viento apagó la luz del fanal.
La oscuridad total se apoderó del Helesponto. Leandro ya exhausto y desorientado, no tuvo fuerzas para continuar y fue tragado por el mar.
Su cuerpo sin vida fue arrastrado por las olas hasta la orilla.
*Al amanecer, Hero contempló desde su ventana el cuerpo exánime (Fuaá!!! no metés palabra, Mordi!) de su amado. Desesperadamente corrió hacia la orilla y al abrazar el cuerpo de Leandro, sin decir palabra alguna, ni gritar, ni llorar, ni gemir, cayó fulminada por el dolor sobre el cadáver de su gran amor.
De ésta trágica manera terminaba una de las historias de amor más clásicas de la Mitología griega.
Espero q les haya gustado.
Agur.
Hero y Leandro de William Etty (1828)
* Algunas otras versiones dicen q ella al ver el cadáver de su amado se arrojó desde lo alto de su torre; o bien q al abrazar el cuerpo sin vida de Leandro, ambos fueron tragados por el mar y jamás se encontraron sus cuerpos.
HERO Y LEANDRO EN LA LITERATURA
HERO Y LEANDRO
A Hero Leandro adoraba,
y, por verla, enamorado
el Helesponto cruzaba
todas las noches a nado.
Hero una luz encendía
que en las noches de tormenta
de faro al joven servía.
de mirar hacia Bizancio,
rendida, aunque enamorada,
la hizo dormirse el cansancio.
pues todas, lo mismo que Hero,
tienen el cuerpo de arcilla
aun teniendo el alma de acero.
la pobre Hero se durmió,
cuando un aire desde Atenas,
la luz, soplando, apagó.
sintió aquel olvido tanto,
que, maldiciendo a su amada,
abrasó el mar con su llanto.
Y queriendo, o sin querer,
de pena se dejo ahogar,
sin que él pudiese saber
si le ahogó el llanto o la mar.
al rayo del sol primero
la tormenta le echó, ahogado,
al pie de la torre de Hero.
Y cuando muerto le vio,
Hero, cual Leandro fiel,
se arrojó al agua y murió
como él, por él y con él.
y flacas en resistir,
si duermen para esperar,
despiertan para morir!
RAMON DE CAMPOAMOR
Dame un poquito de tu amor...
Para el corazón.
Dame un poquito, por favor!
Que no viene mal.
Un farolito de ilusión...
Para el corazón.
Para el corazón.
Dame un poquito, por favor!
Que no viene mal.
Un farolito de ilusión...
Para el corazón.
LOS PIOJOS
al igual q el infortunado Leandro,
cualquier mar embravecido,
sólo para contemplarla.
Pero, por favor, le ruego
déjeme siempre una lucecita encendida.
El día q ya no la vea.
Será el momento de buscar
otra luz q me guíe.
MORDI (A una Srta. q pronto me apagó la luz)
PINTURAS SOBRE HERO Y LEANDRO
Hero y Leandro por Rubens
La última mirada de Hero de Frederick Leighton
La despedida de Hero y Leandro de William Etty (1827)
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